Olvídate de medias tintas: el anillo para el pene con múltiples correas ajustables de KINK está aquí para elevar tus juegos BDSM con control, estilo y placer en cada detalle. Aquí no hay postureo, solo funcionalidad de la buena y un ajuste que se adapta a tus ganas de marcha.
Este anillo no viene solo: presume de correas ajustables para personalizar la presión y conseguir el punto exacto de intensidad. ¿Buscas variedad? Aquí tienes desde cuero genuino o vegano hasta acero inoxidable, en colores que van del negro al rojo. El parque de atracciones del placer abre 24/7, y tú tienes el pase VIP.
Lo que debes saber
La gama de anillos de KINK apuesta por alta calidad y materiales duraderos, pensados para quienes buscan experiencias intensas y memorables. Aquí cada detalle cuenta y cada ajuste suma placer.
El diseño ajustable con correas permite personalizar la presión y el control, adaptándose a diferentes preferencias y niveles de experiencia. Si buscas estilo y funcionalidad, este anillo te lo pone fácil.
| Para quién | Hombre |
| Color | Negro, marrón, rojo, plateado |
| Medidas | 15,4 x 9,8 x 6,8 cm |
| Peso | 0,136 kg |
| Material | Cuero, cuero vegano, acero inoxidable |
| Zona a estimular | Pene |
| Formato | Anillo |
¿Para quién es?
- Para hombres que buscan control y placer en sus sesiones BDSM.
- Ideal para quienes quieren personalizar la presión con correas ajustables.
- Perfecto para amantes del cuero, el metal y la variedad de estilos.
- Pensado para quienes no se conforman con lo clásico y buscan innovación.
Si tu idea de diversión es combinar control, estilo y placer en una sola pieza, este anillo de KINK te va a dar más de una alegría. Aquí no hay rutina, solo fiesta y sensaciones intensas.
El consejo de la sexóloga
¿Quieres llevar tus juegos al siguiente nivel? Este anillo con correas ajustables te permite experimentar con la presión y el control, adaptándose a tus preferencias. Recuerda siempre ajustar con cuidado y escuchar a tu cuerpo: el placer está en el equilibrio entre intensidad y comodidad. Explora, juega y disfruta de cada detalle, porque en el BDSM, el control también es un arte.
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