Olvídate de los masajes aburridos: este set de 5 bolas brasileñas viene cargado de gel excitante efecto climax que se libera en cuanto el calor de tu cuerpo entra en acción. Aquí no hay medias tintas: la bola se disuelve y el placer se desata sin pedir permiso.
¿Quieres más? El lubricante con sabor que contienen estas bolas está pensado para masajes eróticos y puede usarse tanto anal como vaginal. Eso sí, aquí el aceite manda, así que ni se te ocurra mezclarlo con preservativos. Y recuerda: no es para comer, es para disfrutar tocando.
Lo que debes saber
Este set trae 5 bolas brasileñas con efecto climax, diseñadas para deshacerse con el calor corporal y liberar su gel excitante. Ideales para quienes buscan un masaje fuera de lo común.
El aceite no es compatible con preservativos y su uso es tanto anal como vaginal. No lo ingieras, ni lo uses cerca de los ojos o heridas. Y sí, la aventura está servida.
| Para quién | Pareja |
| Formato | Set de 5 bolas |
| Zona a estimular | Vagina |
| Zona a estimular | Ano |
| Compatibilidad con lubricantes | No compatibles con preservativos |
| Comestible | No |
¿Para quién es?
- Para quienes buscan masajes eróticos con un toque diferente.
- Ideal para uso anal y vaginal.
- Perfecto para quienes disfrutan de sensaciones intensas.
- Recomendado para parejas que quieren innovar en el juego previo.
Cómo utilizarlo
- Enjuaga tus manos con agua y envuelve la bola brasileña durante 3 a 4 minutos hasta que comience a disolver un poco de aceite.
- Coloca la bola en la zona erógena que desees y masajea suavemente hasta que se libere todo su aceite.
Un set pensado para quienes no se conforman con lo de siempre y buscan un plus de placer en sus masajes más íntimos.
El consejo de la sexóloga
Si buscas darle un giro a tus masajes, este set de 5 bolas brasileñas es tu aliado. Recuerda: no lo uses con preservativos y evita zonas sensibles como ojos o heridas. Úsalo en pareja para explorar nuevas sensaciones, tanto anal como vaginal. El aceite se libera con el calor, así que tómate tu tiempo y disfruta del proceso. Y, por supuesto, ¡no lo ingieras!
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