¿Buscas emociones fuertes y cero complicaciones? El Murray pone sobre la mesa sus 12 funciones de vibración y pulsación lateral para que el aburrimiento ni asome la cabeza. Su diseño con cabeza fálica y controles intuitivos te lo pone fácil: aquí mandas tú y solo tú.
La ventosa estriada de este juguete es como un seguro de vida para tus juegos más traviesos: se agarra a cualquier superficie plana y sólida, y cuando termines, se despega sin dramas. Perfecto para juegos vaginales o anales, y con función de memoria para que no pierdas el ritmo. Recargable por USB y fabricado en silicona + ABS, el placer no entiende de límites.
Lo que debes saber
Este vibrador de PRETTYLOVE viene con 12 modos de vibración y pulsación lateral, así que aquí el menú del placer es largo y variado. La cabeza fálica y la ventosa estriada lo hacen ideal para quienes buscan sensaciones intensas y seguras.
¿Te gusta el control? Los controles intuitivos y la función de memoria te permiten volver a tu modo favorito sin perder tiempo. Recargable por USB, así que olvídate de pilas y de quedarte a medias.
| Para quién | Pareja |
| Vibración | Sí |
| Velocidad | 12 funciones de vibración, 12 funciones de pulsación lateral |
| Batería | Batería |
| Material | Silicona + ABS |
| Mando | Sí |
| Zona a estimular | Vagina, ano |
| Recargable | Sí |
| Función de memoria | Sí |
| Ventosa | Sí |
¿Para quién es?
- Para quienes buscan 12 funciones de vibración y pulsación lateral.
- Ideal para juegos vaginales o anales.
- Perfecto si te va el control con función de memoria.
- Para quienes quieren ventosa resistente y manos libres.
El Murray es la pieza que convierte cualquier superficie en tu parque de atracciones privado. Aquí el placer no se improvisa: se programa, se disfruta y se repite.
El consejo de la sexóloga
Si buscas un juguete versátil y con carácter, el Murray te lo pone fácil: 12 funciones para explorar y una ventosa que te da libertad total. Aprovecha la función de memoria para no perder tu modo favorito y experimenta tanto en juegos vaginales como anales. Recuerda: aquí el límite lo pones tú.
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