¿Las esposas sexuales son seguras?
Sí, siempre que se utilicen con consentimiento, con un dedo de margen entre la correa y la piel, y sean modelos con liberación rápida. Si tu idea de diversión implica tortura real, cancela la cita y busca un alfeñique de gelatina.
¿Las esposas BDSM son cómodas de usar?
Depende de la tela y del tamaño. Las esposas de peluche y terciopelo son como un abrazo de oso, mientras que las de metal o cuero son más para quienes buscan un mordisco de realidad.
¿Cómo puedo asegurarme de que el uso de esposas sea seguro?
Pacta una palabra de seguridad, aprieta con moderación (llega a un dedo entre correa y piel) y mantén a mano tijeras de seguridad.
¿Pueden usarse las esposas sexuales en todas las posiciones?
Sí, son versátiles. Desde atar manos a la cabecera de la cama hasta inmovilizar tobillos en pleno sometimiento.
¿Las esposas bondage se pueden utilizar durante sesiones prolongadas?
Sí, pero con cuidado. Asegúrate de que la piel respire cada poco, que no haya entumecimiento y que la circulación no se haga tonta. Si tu sumiso pide clemencia, no esperes a que la sangre hierva: afloja las correas.
¿Es posible escapar de las esposas eróticas si es necesario?
La mayoría incluyen mecanismos de liberación rápida y se entregan con juegos de llaves extra. Si alguien se cree Houdini y aún así no se libera, es que ha hecho mal la elección.