Olvídate del parchís y saca el Diablo picante si quieres una noche de risas, morbo y retos sin filtro. Aquí no hay excusas: cada casilla es una invitación a dejar la vergüenza en la puerta y lanzarse a lo loco, ya sea con un beso, una verdad incómoda o un atrevimiento de los que hacen historia.
El tablero lo pone fácil: tira los dados, elige tu salida y prepárate para cumplir la prueba con quien más te apetezca. ¿Que no te atreves? Pues a quitarse una prenda, que aquí el pudor dura lo que el reloj de arena (2 minutos, ni uno más). Incluye todo lo necesario para que la fiesta suba de temperatura: instrucciones, cinta de bondage, venda para los ojos, pluma estimulante, dados, fichas, cubiletes y hasta figuras con forma de pito y teta. Diversión asegurada para parejas y grupos con ganas de marcha.
Lo que debes saber
Este juego es la versión más traviesa y canalla del clásico beso, verdad o atrevimiento. No hay turnos aburridos: cada ronda es una oportunidad para desmelenarse y poner a prueba tu picardía.
Perfecto para despedidas, cumpleaños o cualquier fiesta donde el objetivo sea romper el hielo y dejarse llevar. Si buscas risas, retos y un toque erótico, aquí tienes tu excusa.
| Para quién | Pareja, grupo |
| Color | No especificado |
| Medidas | 15 x 15 x 4,5 cm |
| Idioma | Español |
| Formato | Juego de mesa |
¿Para quién es?
- Para parejas que quieren darle chispa a la noche.
- Para grupos de amigos con ganas de retos y risas.
- Ideal en despedidas, cumpleaños y fiestas atrevidas.
- Perfecto para quienes buscan romper el hielo sin dramas.
Si buscas un juego que mezcle atrevimiento, diversión y un punto picante, este es tu billete directo al desmadre. Dale rienda suelta a la imaginación y que empiece la fiesta.
El consejo de la sexóloga
Un clásico reinventado para adultos con ganas de pasarlo bien. El Diablo picante es ideal para romper la rutina y descubrir nuevas facetas de tus amigos o pareja. Las pruebas y objetos incluidos añaden ese toque travieso que convierte cualquier reunión en una experiencia memorable. No olvides que aquí lo importante es el consentimiento y las ganas de divertirse. ¡Atrévete a jugar sin prejuicios!
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