Masajeadores sexuales

¿Estrés? ¿Dolor de espalda? ¿Calor en la entrepierna? Los masajeadores sexuales son la excusa perfecta para hacerte un “masajito”... donde más lo necesitas. Y sí, lo vas a disfrutar.

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Masajeadores sexuales: tu cuerpo no sabe lo que le espera

Aquí no hablamos de un masaje con final feliz, hablamos de un juguete vibrante que hace feliz cada maldito músculo, desde el cuello hasta el glande. Los masajeadores sexuales de Industrial Erótica están diseñados para que te relajes... y te vengas arriba.

👉 Consejo del explorador incansable

Si eres de los que creen que los juegos preliminares son pérdida de tiempo, prueba a ponerte uno de estos cacharros en los pezones o el perineo. Luego hablamos.

¿Qué son los masajeadores sexuales (y por qué necesitas uno ya)?

Un masajeador sexual es un vibrador todoterreno que sirve para estimular cualquier parte del cuerpo. Aunque empezaron como varitas mágicas para relajar el cuello, alguien tuvo la brillante idea de probarlos en la entrepierna. Desde entonces, tu punto G, tu clítoris o tus testículos tienen un nuevo mejor amigo.

Tipos de masajeadores sexuales que te harán flipar

No todos vibran igual. Y no todos te llevan al mismo clímax. Por eso en masajeadores sexuales encontrarás de todo:

  • Micrófono varita: El clásico. Grande, potente, con cabezal flexible para llegar a donde tú ni sabías que podías llegar.
  • Mini masajeadores: Que no te engañe su tamaño. Son portátiles, discretos y te sacuden igual (o más) que los grandes.
  • Masajeadores con cabezales intercambiables: ¿Te aburres fácil? Este es tu juguete. Cambia de textura, forma o tipo de presión sin cambiar de juguete.

Masajeadores para todos los gustos (y zonas)

Estos son los juguetes que se adaptan a cualquier plan sexual:

  • Masajeadores de clítoris: Perfectos para orgasmos exprés o para tortura lenta.
  • Masajeadores de pene: Masturbación con upgrade. Desde la base hasta el glande, todo vibra.
  • Masajeadores de punto G: Penetran con cariño y vibran con rabia.
  • Masajeadores prostáticos: El punto P existe, y estos bichos te lo van a probar.
  • Masajeadores de pezones: Para los que saben que los pezones también tienen derecho a vibrar.

Cómo usar un masajeador sexual sin parecer novato

No hay misterio, pero sí hay truco:

  • Lubrica: Usa siempre lubricante a base de agua (y no seas tacaño).
  • Empieza suave: Que esto no es una obra de demolición.
  • Juega con los modos: No te quedes en la vibración básica, explora patrones y velocidades.
  • Limpia después: Agua tibia y jabón neutro. O un limpiador de juguetes si eres pro.

¿Quién debería tener un masajeador sexual?

Tú. Tu pareja. Tu ex (bueno, quizá no). Los masajeadores sexuales son para todo el mundo:

  • Hombres, mujeres, personas solas o en pareja.
  • Para explorar, desestresarte, o simplemente pasártelo cojonudo un martes por la tarde.

Y si ya te estás viendo usándolo con tu pareja... enhorabuena, has entendido el juego. Puedes combinarlo con vibradores para parejas o plugs anales para subir el nivel. Todo vale mientras estés vibrando.

👉 Recuerda

No todos los masajeadores sirven solo para los genitales. También puedes usarlo en los pezones, el cuello, la parte baja de la espalda... o como excusa para un masaje “inocente” en pareja.

Tal vez te preguntes...

¿Todos los masajeadores sexuales sirven para genitales?

 No, pero pueden usarse en ellos. Hay masajeadores pensados para el clítoris, pene, próstata, pero también para cuello, espalda y hasta pies. Si vibra, lo puedes usar donde quieras.

¿Puedo usarlo con mi pareja o es solo para jugar en solitario?

 Claro. Y es una de las formas más divertidas de usarlos. Puedes combinarlos con plugs anales o dildos para hacer que el morbo se dispare.

¿Duelen o pueden irritar?

 Solo si lo usas mal. Lubricación y sentido común, colega. Si notas algo raro, para, limpia y cambia de intensidad o modo.

¿Cuál es el mejor para principiantes?

 Uno con forma de micrófono pequeño y vibraciones ajustables. Que sea manejable, recargable y con cabezal suave. Y si puede ser sumergible, mejor (por si te emocionas en la ducha).

¿Cómo sé si un masajeador es para mí?

 Porque te gusta disfrutar, explorar y no te asustan las buenas vibraciones. Si buscas orgasmos más intensos o te apetece salir de la rutina, este es tu momento.

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