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Lubricantes anales
Para que el sexo anal sea placer y no tortura, necesitas un buen lubricante anal. Porque el ano no lubrica por sí solo, pero con el producto adecuado… ¡puede convertirse en tu nueva zona favorita!
Lubricantes anales: tu pasaporte al placer sin fricciones
El sexo anal puede ser una experiencia deliciosa, pero solo si se hace bien. Y hacer las cosas bien empieza por una lubricación generosa, segura y adecuada. Aquí no vale improvisar con la cremita del cajón o el primer aceite que pillas: lo que necesitas es un lubricante anal de verdad, pensado para esa zona tan especial y sensible.
👉 Consejo del explorador incansable
Si lo tuyo es el juego anal, no escatimes en lubricante. Cuanto más uses, mejor será la experiencia (y menores las molestias). Ten siempre un bote a mano, y si es con efecto relajante, mejor que mejor. Y recuerda: el único dolor que deberías sentir es el de no haber probado esto antes.
¿Qué hace especial a un lubricante anal?
A diferencia del sexo vaginal, el ano no produce lubricación natural. Por eso, un buen lubricante no es opcional, es esencial. Un lubricante anal está formulado para ofrecer:
- Mayor densidad y duración, para evitar la fricción.
- Texturas más resbaladizas, que facilitan la penetración.
- Efectos calmantes o dilatadores, que relajan el esfínter y reducen el riesgo de molestias.
- Compatibilidad con preservativos y juguetes, según la base del lubricante.
Tipos de lubricantes anales: elige tu aliado perfecto
No todos los culos son iguales, ni todos los momentos tampoco. Por suerte, hay un lubricante para cada ocasión:
- Lubricantes de silicona Los reyes del deslizamiento. Densos, resistentes al agua y perfectos para sesiones largas… o para jugar bajo la ducha. No se absorben fácilmente, así que no tendrás que reaplicar cada dos por tres. Eso sí, no los uses con juguetes de silicona.
- Lubricantes con base de agua Más ligeros, fáciles de limpiar y compatibles con todos tus juguetes (sí, incluso esos plugs de silicona que tanto te gustan). Necesitarás reaplicar un poco más, pero a cambio tienes versatilidad total.
- Lubricantes relajantes o con efecto anestésico Ideales para quienes se inician o quieren una penetración más cómoda. Incluyen ingredientes que ayudan a relajar el esfínter y reducir la sensación de incomodidad. Ojo: relajado no significa insensible.
- Con efecto frío o calor Si te gusta experimentar, estos lubricantes añaden un plus de estimulación térmica. Perfectos para subir la temperatura… o refrescar el momento.
- Lubricantes con efecto retardante Algunos incorporan ingredientes que ayudan a prolongar el acto, retrasando la eyaculación. ¿Sexo anal más duradero? Aquí lo tienes.
- En formatos especiales Geles, cremas, sprays, jeringuillas dosificadoras… Tú eliges el formato que más te apetezca. Porque cada culo tiene su técnica.
Cómo usar correctamente un lubricante anal
- Aplica una buena cantidad sobre el ano, el pene o el juguete. Aquí el minimalismo no aplica.
- Reparte bien y, si es necesario, utiliza una jeringa dosificadora para llegar más al fondo.
- Juega y dilata con dedos o juguetes pequeños antes de lanzarte al ruedo.
- Disfruta sin prisas. El sexo anal es para saborearlo, no para correr (al menos no al principio).
👉 Recuerda
Nunca uses lubricantes con base de silicona con juguetes del mismo material. La higiene antes del sexo anal es clave: una ducha anal puede marcar la diferencia.
Tal vez te preguntes...
¿Puedo usar lubricante vaginal para sexo anal?
Mejor no. Los lubricantes anales están formulados para ser más densos y duraderos, justo lo que necesitas para esta práctica.
¿Cuál es el mejor tipo de lubricante para principiantes?
Uno de base acuosa con efecto relajante. Su textura ligera y componentes calmantes harán que la primera vez sea mucho más agradable.
¿Se puede usar lubricante anal con preservativos?
Sí, pero solo si son compatibles. Los de base de agua y la mayoría de los de silicona lo son. Evita los oleosos con látex.
¿Cuánto lubricante hay que usar?
Mucho. El sexo anal no es lugar para la timidez: si crees que ya es suficiente, añade un poco más.
¿Dónde guardo el lubricante?
En un lugar fresco, seco… y de fácil acceso desde la cama.
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