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Lubricantes a base de agua
A veces, lo mejor en la cama no es lo que se dice… sino lo que desliza. Los lubricantes a base de agua son ese comodín que lo hace todo más fácil, más suave y mucho más placentero. Si buscas algo compatible con todo (y con todxs), aquí tienes tu nuevo imprescindible.
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Lubricantes a base de agua: el todoterreno del placer
Los lubricantes a base de agua son como el mejor amante: versátiles, suaves, no se meten donde no deben y te hacen sentir increíble. Si estás buscando un lubricante que funcione para todo y con todo, esta es tu parada obligatoria.
👉 Consejo del explorador incansable
No te conformes con uno solo. Hazte un mini arsenal: uno neutro para lo de siempre, uno con sabor para los lametones del sábado y uno térmico para cuando te da el calentón (literal). Los lubricantes a base de agua son como el pan: básicos, necesarios y siempre bienvenidos.
¿Qué son y por qué todos los adoran?
Los lubricantes con base acuosa están formulados con agua como ingrediente principal. Eso les da una textura ligera, sedosa y súper natural. Sirven tanto para sexo vaginal, anal como oral. Y lo mejor: son compatibles con preservativos, juguetes sexuales y hasta con ese juego que empieza como masaje y termina en “ay, mamá”.
Ventajas que mojan (pero de gusto)
- Multicompabilidad: Van con juguetes, condones, y con tu fantasía favorita.
- No manchan: Ni la ropa ni las sábanas ni el ego. Se limpian con agua y listo.
- Hipoalergénicos: Ideales para pieles sensibles o zonas íntimas que no se llevan bien con químicos.
- Sensación natural: Simulan la lubricación del cuerpo como si todo fluyera solo.
- Fáciles de aplicar: Con dos gotas, ya estás en el camino correcto.
Tipos de lubricantes a base de agua: uno para cada plan
Porque aquí no nos vale eso de "uno para todo", te dejamos un menú para que elijas tu favorito según el plan:
- Lubricantes neutros: Sin olores, sin sabores, sin efectos. Solo placer puro y directo.
- Con sabores: Perfectos para el sexo oral con bonus dulce. Fresa, piña colada, chocolate… tú pones el postre.
- Efecto calor o frío: Juega con los contrastes y deja que el cuerpo reaccione con sensaciones nuevas.
- Retardantes: Para alargar la función principal y que nadie diga “¿ya?” demasiado pronto.
- Lubricantes anales: Más densos, con efecto relajante y diseñados para que nada frene tu ritmo por detrás.
¿Cuándo usar un lubricante acuoso?
La respuesta corta:
- Siempre que quieras más.
La larga:
- Si hay sequedad vaginal (por estrés, menopausia o un día de poco flow).
- Si usas condón o juguetes (la fricción es enemiga del placer).
- Si vas a explorar sexo anal (esto ya debería ser ley).
- Si te va lo oral con efecto gourmet.
- Si simplemente quieres que todo vaya como la seda.
¿Cómo elegir el mejor para ti?
Revisa los ingredientes: si tienes piel sensible, busca los sin parabenos, glicerinas ni perfumes. ¿Quieres duración? Elige uno concentrado. ¿Te gusta jugar? Llévate varios y crea tu propio cóctel de placer.
👉 Recuerda
Recuerda
Aunque se absorban rápido, puedes reaplicar sin miedo. Y sí, también valen para ese masaje que no acaba en la espalda.
Tal vez te preguntes...
¿Sirve para todo tipo de sexo?
Sí. Vaginal, anal, oral, en solitario o acompañado. Es el comodín sexual por excelencia.
¿Se puede usar con cualquier juguete?
Sí. A diferencia de los de silicona o aceite, los de base acuosa van bien con todos los materiales.
¿Cuánto dura el efecto?
Depende del formato, pero al ser base agua, puede que necesites reaplicar si la cosa se alarga (que ojalá sí).
¿Manchan las sábanas?
No. Se limpian con agua y no dejan rastro (más que el del buen recuerdo).
¿Cuál es la diferencia con los de silicona o aceite?
Los de agua son más ligeros, se absorben rápido y son compatibles con todo. Los otros duran más, pero no valen para todo ni con todos los materiales.
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